lunes, 28 de abril de 2014

Sarita anda feliz por la vida. Después de un año de su dolorosa separación (él se fue con otra…) de un matrimonio largo-largo, ha vuelto a sentir amor. “Me siento una colegiala”, me dice por WhatsAp. Él, un hombre encantador, le ha ayudado a cerrar la herida y, lo mejor, volver a reír a carcajadas como cuando era niña. Esencia que se fue minando con los años de matrimonio, tras compartir con un hombre que se volvió amargado, trabajólico y frío. “Yo era la que tomaba la iniciativa hasta que me aburrí. Y eso fue hace años, muchos años antes de separarnos. Me hacía sentir una puta por tener deseos y él rechazarlos”, confidencia. Él, un hombre exitoso, olvidó en el camino a su mujer y el romanticismo de cuando eran jóvenes. Finalmente compartían una pieza sin mirarse a los ojos, sin tomarse de las manos, sin relación alguna. Hasta que el quiebre fue inminente y él se marchó. Ella tomó su corazoncito magullado y lo rearmó.
Y en eso estaba cuando apareció Pedro, un hombre también separado, también con hijos, y que la valoró con todo lo que era y con toda la carga que traía.
Hoy se juntan a reír, a disfrutar y quererse. Casas separadas, pero más unidos que viviendo juntos.
¿Qué es lo esencial para que vuelvas a amar después de una separación?, le pregunto. “El volver a sentirse querida de verdad. Que te den lo que tu ex nunca te dio. Y hablo de cariño y de sexo. Lo material no es importante para mí”, me asegura. En definitiva, volver a sentirse mujer, volver a sentir en  todos los aspectos de la vida. Y para eso no existe tiempo.
Es decir, no existe una cantidad de meses estipulado como normal para volver a enamorarse o para vivir el llamado duelo de la separación. Todo depende de cómo venía la relación pasada y la capacidad de la persona a adaptarse a la nueva situación. Porque si bien el contexto vuelve vulnerable a cualquiera, también lo vuelve más sensitivo, y quizás el camino de la recuperación de la autoestima resulta más cómodo y más simple si se hace de la mano de alguien te valora, que te hace bien.
Y el amor es el amor, no se puede generalizar. Lo que es lo ‘correcto’ para una persona no tiene por qué ser ‘correcto’ para la otra. Si es poco o es mucho tiempo, es cosa de corazones y en eso muchas veces (sobre todo en los de las mujeres) la cabeza no manda mucho.
Sin embargo hay un trabajo que debe hacerse sí o sí para poder cerrar un ciclo y dar comienzo a otro. Abandonar el enojo, el rencor, el odio. Estos resultan ser los mecanismos de defensa a los que se aferran la mayoría de los separados, pues creemos que eso los protegerá de futuras heridas emocionales. Pero eso sólo nos impedirá conectarnos nuevamente con el amor y la alegría de estar en pareja. Es decir, limpia tu relación con tu ex pareja de todas esas emociones negativas, para que puedas avanzar y, además, para que no vuelvas a cometer los mismos errores con el hombre que venga y que no tiene ninguna culpa de tu pasado.
Asimismo, date la oportunidad de conocer a mucha gente sin prejuicios o porque pienses que ‘él no es de mi tipo’. Claro, porque a cierta edad ya tenemos definido lo que queremos para nuestras vidas y cuando no calzan perfectamente tendemos a desechar. Pero ¡alto!, dale la oportunidad a esa persona de mostrarte lo que tiene. Quizás de buenas a primeras no es del estereotipo, pero podría llegar a sorprenderte gratamente y esa sorpresa te la perderías si lo dejas pasar.
Lo más importante es reconstruirnos desde nosotras mismas, recorrer nuestro historial amoroso, analizarnos, plantearnos desafíos para mejorar nuestro modo de querer… rencontrarnos amorosamente con nosotras mismas. Luego podremos amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario